Luego de haber elaborado el Poder Ejecutivo un proyecto de ley para fomentar la producción de hidrógeno de bajas emisiones de carbono y otros gases de efecto invernadero, que fue elevado al Congreso de la Nación en mayo de este año, y cuyos principales puntos pueden ser consultados (https://pg-abogados.com.ar/es/puntos-relevantes-del-proyecto-de-ley-para-la-promocion-del-hidrogeno-de-bajas-emisiones-presentado-al-congreso-nacional/), la Secretaría de Asuntos Estratégicos y la Secretaría de Energía presentaron el 14 de septiembre la estrategia nacional para el desarrollo de la economía del hidrógeno.
La estrategia nacional para el desarrollo del hidrógeno, es una herramienta de política pública que traza líneas de acción y metas a largo plazo para generar certidumbre en torno al sendero de desarrollo de la economía del hidrógeno de bajas emisiones, con el objetivo de expandir las exportaciones, descarbonizar actividades económicas domésticas, generar nuevos empleos de calidad y fortalecer el entramado industrial, en las localizaciones con recursos para la producción de hidrógeno de forma sostenible y competitiva, contribuyendo así al desarrollo territorial armónico.
La estrategia nacional del hidrógeno tiene tres ejes:
(i) Reconoce la importancia de impulsar el desarrollo tecnológico y productivo en toda la cadena de valor, incluyendo la producción de los bienes de capital críticos y la provisión de servicios tecnológicos.
(ii) Dando cuenta de los diferentes recursos y capacidades disponibles en el territorio argentino, contempla la producción del hidrógeno de bajas emisiones por medio de diferentes tecnologías, ya sea a partir fuentes renovables (verde), a partir de energía nuclear (rosa), o a partir de combustibles fósiles con captura de carbono (azul).
(iii) Establece dos pilares para el despliegue de la economía del hidrógeno: el mercado interno, fundamental para generar condiciones iniciales, evaluar prototipos y desarrollar tecnología nacional; y los mercados de exportación, orientados a la producción en gran escala altamente competitiva, sacando de ventaja de la calidad de los recursos naturales y las capacidades construidas.
Los resultados esperados para el año 2050 son los siguientes:
(i) Que Argentina tenga una producción doméstica total de al menos 5 Mt anuales de hidrógeno de bajas emisiones. El 20% estará destinado al mercado local, tanto para la descarbonización de los usos actuales del hidrógeno (industrias del acero, petroquímica y refino) como para atender los nuevos usos (principalmente combustibles sintéticos). El 80% restante estará destinado a abastecer el mercado internacional.
(ii) Para alcanzar estas metas de producción será necesario instalar al menos 30 GW de capacidad de electrólisis y 55 GW de generación eléctrica renovable, lo que implica multiplicar por 11 la generación renovable actual y más que duplicar la generación total de electricidad en la Argentina.
(iii) La producción de hidrógeno girará en torno a polos productivos, ubicados en función de la calidad de los recursos y la cercanía a los mercados internos y puertos para la exportación.
(iv) La vinculación de estos polos con la red de universidades y centros tecnológicos locales será clave para el desarrollo de nuevas tecnologías, así como para la adopción temprana y adaptación a las condiciones productivas locales.
(v) La realización de los objetivos establecidos requiere una fuerte transformación de la infraestructura, en corredores viales críticos y puertos.
(vi) El despliegue de la nueva actividad redundará en la creación de más de 80 mil empleos calificados.